Para responder a esta pregunta, los alumnos de 1º ESO A se pusieron manos a la obra, coordinados por el de ciencias naturales. Unos cuantos hicieron de agricultores; producir 1 kg de pimientos les costaba 20 céntimos. Otros eran los clientes, y su prioridad era gastarse lo menos posible al comprar pimientos. Asumido el rol de cada uno, ¡a negociar! Los agricultores preguntando a los clientes, y éstos a aquéllos, para conseguir una buena venta o una buena compra, según les correspondiera.
Al final, puesta en común de precios. Hasta aquí todo normal, pero... ¿y si ahora entran en juego otros personajes, los intermediarios? Las normas ahora ambian: el agricultor vende al intermediario y sólo a él, y el cliente le compra sólo al intermediario. A su vez, éste intenta sacar el máximo beneficio al "correr" los pimientos. Teniendo claras estas nuevas reglas, ¡otra vez, a negociar!
Y nuevamente a poner en común los precios conseguidos. ¿Resultado? El que era de esperar: unos pimientos mucho, mucho más caros. Salieron perdiendo los agricultores y el cliente, y algunos chavales incluso decidieron que eso de los pimientos no era lo suyo. Pero una cosa es que los alumnos entiendan esto cuando se lo explicas y otra muy distinta que lo comprueben en la práctica. ¿Cómo va a ser igual?
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